Las 12.000 personas que siguieron el primero de los grandes conciertos del Festival Womad de Cáceres se multiplicarán hasta las más de 50.000 que se esperan hoy, día de máxima afluencia de esta duodécima edición. La plaza Mayor evocó el jueves los grandes acontecimientos de los años decisivos para el festival, pero con un "formato familiar", según lo definió el director del Consorcio Gran Teatro, Isidro Timón. El hípico acogerá la actuación de Flamenquito, Cara Dillon, Manecas Costa, Stanley Beckford y Temple of Sound. Además, en el ferial se desarrollará el festival de juegos y deportes tradicionales del mundo.

Anoche la afluencia al ferial, donde tuvo lugar el segundo de los conciertos, confirmaba el funcionamiento de este mecanismo de organización que se ha asentado en el festival. La de anoche fue una jornada con un intenso protagonismo femenino (además estaban en cartel el extremeño Gecko Turner, el argelino Ali Slimani y los mexicano de Los de Abajo). La flamenca Ginesa Ortega y la argelina Cherifa han vivido la paradoja del reconocimiento artístico y la marginación por su condición femenina, según explicaron ayer. Ouardia Bouchemial, Cherifa, de 76 años, representa la cara más próxima a la tradición, y Ginesa Ortega, una joven intérprete del flamenco de Cataluña, la vía de experimentación más actual del cante.

Cherifa habla en kabil, idioma de Argelia. Y esta, como ha ocurrido con otros músicos de ese país, fue una decisión voluntaria de la cantante, que la ha mantenido alejada de los grandes circuitos de las músicas del mundo. Pero no tanto como para suscitar el respeto de sus contemporáneos y los más jóvenes intérpretes. Autora de más de 700 canciones, ayer se lamentaba de que músicos como Cheb Mami habían pirateado alguno de sus temas.

Cherifa, tocada por un pañuelo claro, con gafas, menuda, apenas pronuncia unas frases rápidamente traducidas por su productor y manager Chibi Omar. Ella ha sufrido por su condición de mujer y aún hoy se gana la vida cantando en bodas y grabando un disco cada dos años para poder vivir.

RENOVACION

"Me hubiera gustado estar aquí con 35 años menos", señala. Entonces, sobre todo, "los artistas eran considerados personas inferiores, perezosas". A ella, señala Omar, "le ha salvado su don de artista". Se marchó de casa a los 16 años frente a la oposición de su tía que "la quería matar". En un momento de expansión de la música raï , un ejemplo de renovación artística procedente de la cultura underground argelina, Cherifa mantiene su raíz en la denominada icuiquen , que reflejan la vida cotidiana de la mujer argelina.

Una peripecia con puntos de contactos con la de Cherifa ha vivido Ginesa Ortega, de madre gitana. También ella sufrió la oposición familiar en el momento en que decidió dedicarse a la música. "Mi madre se negaba a que fuera artista. Pero yo he mantenido contra viento y marea mi decisión".

Ella pertenece a una generación que ha renovado el flamenco en Cataluña: junto a Mayte Martín o Miguel Poveda han aportado una visión particular desde aquella tierra, aunque Ginesa Ortega no esté del todo de acuerdo con la existencia de "un nuevo flamenco catalán. Nosotros y los de otros lugares lo que hemos hecho es mirar en las raíces y procurado ir con los tiempos que corren".

Su último disco, Por los espejos del agua , se mueve por los terrenos del jazz. "La mezcla es buena si se utiliza bien", dice. En ese disco hay un homenaje a la cantante de jazz Billie Holliday, de la que Ortega habla con devoción. "Traducido al flamenco es como si fuera la tía Anica la Piriñaca o Fernanda de Utrera. Es alguien que no va a morir nunca. Fue un gran genio".

El grado de experimentación de su música no impide a la cantante reconocer sus deudas: de Manolo Caracol, Rafael Farina, la Niña de los Peines, Paco de Lucía, Camarón o Enrique Morente.