Asunción del pecado y propósito de enmienda. El Consejo de Ministros, presidido por José María Aznar, acordó ayer acometer una profunda revisión de los planes de contingencia contra la contaminación en el mar, que se han revelado ineficaces tras la catástrofe ecológica provocada por el petrolero Prestige. El vicepresidente Mariano Rajoy anunció que el Ejecutivo se dotará de más medios para combatir futuros vertidos, incluida la construcción de un "puerto refugio" para petroleros averiados.

Tras el hundimiento del Prestige, el Ejecutivo justificó su decisión de no remolcarlo al puerto de La Coruña cuando se averió con el argumento de que hubiera encallado por el escaso calado de la bocana. Ayer Rajoy respaldó la propuesta del presidente de la Xunta gallega, Manuel Fraga, de crear un puerto preparado para acoger a petroleros u otros buques con problemas y evitar así posibles vertidos. Pero la idea no es nueva: figura en una de las directivas aprobadas por la UE tras la catástrofe del Erika en Francia, aunque los países miembros, España incluida, aún no la han aplicado.

Rajoy no pudo concretar dónde se construirá ese futuro puerto refugio porque, advirtió, será "de difícil ubicación" por los riesgos que entrañará para la ciudad que lo acoja.

MAYOR INVERSION

Este acto de contrición del Gobierno se tradujo también en el reconocimiento de que España necesita más medios --y por tanto una mayor inversión económica-- para prevenir y hacer frente a desastres mediambientales como el del Prestige. "Vamos a estudiar, a medio y largo plazo, si hay que tomar medidas mayores y si necesitamos más medios", admitió Rajoy, quien apuntó algunas de las iniciativas a adoptar.

En primer lugar, se analizará cuántos buques succionadores de fuel hay que construir, además de los cuatro previstos en el Plan de Salvamento Marítimo aprobado en julio y aún pendiente de ejecución. También se estudiará cómo "perfeccionar" los planes de contingencia contra la contaminación en Galicia, el Cantábrico, el Estrecho y el Mediterráneo. Junto a ello, el vicepresidente defendió la conveniencia de constituir, como ya hizo Francia, una "estructura autónoma y especializada" en el control de los buques peligrosos y la lucha contra los vertidos.

FUERTE TEMPORAL

El Gobierno informó también de que la cuarta marea, una concentración de 70 grandes manchas negras, flotaban ayer a entre 117 y 153 kilómetros al norte del litoral, por lo que ya habían entrado en la zona de responsabilidad de los servicios de salvamento franceses. Un fuerte temporal impidió la salida de los barcos.