El Consejo de Ministros nombró ayer por vez primera una mujer de etnia gitana para ocupar un cargo institucional. Se trata de Pilar Heredia, designada para ocupar el cargo de responsable de Minorías Etnicas en la dirección del Instituto de la Mujer, organismo adscrito a Trabajo y Asuntos Sociales.

El objetivo que persigue el Gobierno con el nombramiento es acabar con el "gran desconocimiento" de la Administración respecto a la población gitana, según explicó Pilar Heredia. "Su labor de mediación, interlocución y asesoramiento de las instituciones supondrá una mejor visibilidad del colectivo", indicó el Ejecutivo en un comunicado.

Heredia tiene 41 años, está casada y tiene cuatro hijos. Hasta ahora simultaneaba su trabajo en la asociación gitana Hierbabuena con el acceso a la universidad para estudiar Ciencias Políticas. Desde esa entidad pretendía lograr que los políticos conocieran "las angustias y realidades" de su pueblo. Ahora celebra que los gitanos vayan a ser escuchados "de forma directa" y no por "intermediarios y padrinos".

A su juicio, el principal problema de las minorías étnicas es "su falta de representación real". Hay un millón de gitanos en España que "no cuentan con ninguna representación política", señaló, y puso como ejemplo que en Andalucía, donde está la mitad de la población gitana (450.000 personas), no hay ni un solo diputado de esta etnia.

Las reticencias hacia los gitanos se deben a un desconocimiento contra el que Heredia piensa luchar ahora. La sociedad paya los ve como "bichos raros, incultos, analfabetos y chabolistas" y ella trabajará por la "dignificación" de su imagen.

UN GRADO MAS DE DIFICULTAD Los problemas de las mujeres gitanas son, para Heredia, muy parecidos a las del resto. Se enfrentan a problemas de machismo, intolerancia y lucha por la igualdad, aunque "con un grado más de dificultad". Uno de los caminos que ve para su superación es que las gitanas tengan como referentes otras gitanas con cargos políticos o institucionales que les ayuden a "superar el miedo".

Heredia fue también la primera mujer gitana en entrar en unas listas electorales para el parlamento madrileño con el PSOE y posteriormente para el Congreso en la listas de Madrid de los pasados comicios. En esta última ocasión se quedó a tan solo dos puestos de entrar.