Los obispos señalan y los grupos ultracatólicos disparan. Un día después de que la Conferencia Episcopal Española (CEE) llamara a una rebelión por "todos los medios legítimos" contra la futura asignatura de Educación para la Ciudadanía, tanto la Confederación Nacional de Asociaciones de Padres de Alumnos (CONCAPA) como el Foro Español de la Familia intensificaron sus críticas contra la materia. "Totalitario", "absurdo", "esquizofrénico", "intolerable", "dictatorial" e incluso "pornográfico" fueron algunos de los epítetos lanzados ayer por ambos organismos contra los planes del Gobierno. Y, en plena sinergia del frente conservador, el PP presentó una moción para que se suprima una disciplina que cada día que pasa se halla más en el centro de la pugna política.

A todos ellos, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, les lanzó un aviso sobre las consecuencias de su anunciada objeción de conciencia: si sus hijos no cursan una disciplina cuyos contenidos van desde el respeto a la diversidad al rechazo a la homofobia, no hay título que valga. "La ley es igual para todos --dijo De la Vega--. Nadie puede vulnerarla, ni incumplirla, ni objetarla. Nadie. No se puede objetar contra la asignatura como no se puede objetar contra las matemáticas o la lengua".

Poco antes, la CONCAPA había emitido un comunicado en el que, entre otras cosas, sostenía que algunos manuales de la futura materia "rozan la pornografía". Esta asociación ultracatólica, de todas maneras, no dio ningún detalle sobre los supuestos contenidos de tipo sexual hechos, presuntamente, para excitar a aquel que los contempla. "Este totalitario y absurdo sistema puede suponer una educación en valores esquizofrénica para nuestros hijos", sostuvo la CONCAPA.

"Les podría hablar de Educación para la Ciudadanía, pero no lo haré para no aburrirles", solía decir el líder del PP, Mariano Rajoy, durante los mítines de la pasada campaña de las municipales. Entonces comenzaba a arremeter, por enésima vez, contra la política antiterrorista del Ejecutivo. Ahora que este asunto ha quedado relativamente aparcado, en el PP parecen pensar que ha llegado la hora de recuperar una polémica considerada entonces tediosa. En su moción para que se suprima la materia, presentada ayer, los conservadores señalan que esta "no descansa en ninguna disciplina científica", un argumento que serviría para pedir la eliminación de asignaturas tan dispares como la literatura o la educación física.

Y la semana que viene, más. La Universidad CEU San Pablo organiza los próximos martes y miércoles unas jornadas sobre esta disciplina en las que se dará cita la artillería pesada del frente conservador. Desde el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, hasta la exministra de Educación, Pilar del Castillo.

En medio, el USTEC-STES, mayoritario en las escuelas públicas catalanas, que exigió ayer la retirada de ayudas públicas para los centros privados con idearios religiosos que rechacen la clase.