La ministra de Medio Ambiente amplió ayer las condiciones para que se produzcan esas futuras "interconexiones" que el Gobierno, dentro de un pacto de Estado sobre agua, no descarta a priori. Al ya conocido de que estos trasvases no sean del Ebro, Elena Espinosa añadió dos nuevos requisitos: que sean "medioambientalmente sostenibles, socialmente aceptables y económicamente viables" y, lo más importante, que sean dentro de la misma cuenca. Esta condición hizo que su anuncio de que el Ejecutivo buscará a "los mejores especialistas" para estudiar un trasvase del Ródano a Cataluña --un proyecto propuesto por CiU-- quedara deslucido, al ser de cuencas distintas.

El pacto del agua, según explicó la ministra durante su comparecencia en el Congreso para explicar las líneas de su departamento, tendrá en cuenta los cambios en la demanda, debidos al aumento de la población, y en la oferta, a causa de nuevas posibilidades tecnológicas y legales como los usos para el agua reciclada. Aunque pretende ser "abierto y de todos", el acuerdo se encontró ayer con su primer escollo: un PP que lo rechaza por considerar que es un "contrato de adhesión".

En una comparecencia, en la que se trataron tantos temas como competencias del ministerio, Espinosa sostuvo que España camina "con buen pie" hacia los objetivos del protocolo de Kioto, algo que choca con un informe presentado en mayo, que asegura que en el 2007 aumentaron las emisiones de gases de efecto invernadero hasta récords históricos. Según la ministra, este crecimiento se debió a la "mala situación hidráulica y su implicación en la producción de electricidad de origen térmico".