Los molinos de viento, característicos de la energía eólica, abundarán, aún más, en el paisaje español. El Gobierno aprobó ayer un plan con una inversión de más de 23.000 millones de euros para lograr que en el 2010 esta fuente energética tenga instalados unos 20.000 megavatios, los mismos de que dispone actualmente la industria nuclear. No obstante, también impulsará el uso de la biomasa --generación eléctrica mediante la combustión de residuos vegetales-- para, de paso, limpiar los bosques e intentar reducir incendios y la energía solar, de la que España puede ser una potencia mundial.

El plan de energías renovables (PER) 2005-2010 se inscribe dentro del programa del PSOE de "sustitución gradual" de la energía nuclear en 20 años y evitar la emisión a la atmósfera de 80 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono.

Actualmente, las nucleares generan casi el 24% de la electricidad que se consume en España y la energía eólica tan sólo aporta el 5,35%. "El objetivo es que, antes del 2010, el 12% del consumo energético total provenga de fuentes renovables, además de una producción eléctrica con estas fuentes del 30% del consumo bruto de electricidad", anunció la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, tras el Consejo de Ministros que dio luz verde al proyecto. También se persigue que el 6% del consumo de gasolina y gasóleo para transporte provenga de biocarburantes.

Según el Ministerio de Industria, las compañías eléctricas financiarán el 77% de las inversiones; un 20% correrá a cargo de varias entidades, entre las que se encuentran bancos y constructoras.