El Gobierno quiere dar "un paso más" y dejar muy claro que ningún padre puede castigar físicamente a sus hijos, según anunció ayer la secretaria de Estado de Servicios Sociales, Amparo Valcarce. En su opinión, se trata de reconocer de forma explícita lo que ahora es implícito.

Los ministerios de Trabajo y Asuntos Sociales y de Justicia están estudiando la posibilidad de modificar el artículo 155 del Código Civil, que autoriza a los padres a "corregir razonable y moderadamente" a sus hijos. Cuando el cambio sea una realidad, el texto contendrá, además, una frase más o menos parecida a ésta: "Sin que en ningún caso se les pueda imponer castigos físicos o humillantes o que atenten contra sus derechos fundamentales".

"En la jurisdicción española no se permiten los castigos físicos de padres a hijos, pero la intención del Ejecutivo es hacer una declaración de principios para reforzar la actual prohibición".

El actual artículo 154 del Código Civil afirma que "los hijos no emancipados están bajo la potestad del padre y la madre". El artículo 155 destaca que "la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio" de los niños. Y añade: las obligaciones de los padres son "velar por sus hijos, tenerlos en su compañía, alimentarlos y educarlos". Acto seguido, el artículo subraya que "los padres podrán, en el ejercicio de su potestad, recabar el auxilio de la autoridad". Además, los autoriza a "corregir razonable y moderadamente a los hijos".

En opinión de Valcarce, esta frase "no implica una permisibilidad legal" a la hora de propinar bofetones, pero el cambio que baraja el Gobierno es "necesario" para evitar cualquier atisbo de duda. "Hay que educar a los niños en el respeto. Ser padres implica dialogar con los hijos. Las relaciones paternofiliales se tienen que basar en el respeto y el amor", destacó Valcarce.