La ministra de Sanidad, Elena Salgado, expresó ayer su "deseo activo" de que "antes de finalizar 2005" no se fume en los centros de trabajo. Salgado, que participó ayer en un Consejo de Ministros de Sanidad de la UE en Luxemburgo, eludió concretar fechas y la futura norma que hará efectiva la prohibición. Su intención es adelanta dos años el objetivo final del Plan Nacional del Tabaquismo del 2003, que prevé el veto total al tabaco en el trabajo en el 2007.

La restricción de fumar en espacios laborales y públicos ya es total en Irlanda y Noruega y lo será en Suecia el próximo 1 de enero. En la mayoría de los países de la UE el tabaco está prohibido en el trabajo, salvo en zonas reservadas, y limitado en bares y restaurantes.

En España, sólo Navarra ha aprobado una norma, en vigor desde el 2002, que prohíbe fumar en empresas de más de dos empleados. "España no quiere imponer los límites desde el principio, como han hecho otros países. Queremos llegar a un consenso", advirtió Salgado.

La ministra, que no ve factible que se deba abandonar el puesto de trabajo para ir a fumar, confió en llegar a un acuerdo el próximo octubre con la patronal y las centrales sindicales para comenzar a aplicar la prohibición gradualmente.

El objetivo del ministerio, según su titular, es empezar con los centros donde hay una mayor concentración de trabajadores y sea más fácil habilitar espacios para fumadores. A continuación irían las empresas menores, ya que, dijo, el derecho del personal a mantener la salud se altera si no hay una separación clara de las áreas autorizadas.

"La lucha contra el tabaquismo va a ser más enérgica a partir de ahora", aseguró Salgado. "Hay que acabar con la actual situación en la que los fumadores imponen su criterio y sus derechos sobre los de los no fumadores porque no hay espacios separados", añadió la ministra.

REACCIONES La asociación empresarial CEOE y los sindicatos CCOO y UGT dijeron ayer que la propuesta les fue formulada el año pasado por los reponsables del Plan de Prevención del Tabaquismo, pero no se avanzó "por su complejidad".

Entran en juego la voluntad del fumador, el derecho de la persona que se siente perjudicada y las circunstancias de cada empresa", advirtió la patronal.

"Estamos dispuestos a negociar las medidas", comentó CCOO.