El lunes por la mañana, cuando apenas había sonado el timbre para comenzar las clases, ya estaba la noticia en el colegio: Dani ha muerto. Parecía imposible, pues tres días antes nos habíamos visto y nos regalaste tus abrazos (tan fuertes como siempre).

Cuando pasaron los primeros momentos, los recuerdos empezaron a agolparse en nuestras mentes y eran muchos porque desde que llegaste al Pizarro supimos que tú, Dani, eras alguien muy especial. Todos te quisimos y tú nos quisiste.

Era fácil comprenderte, pues nos demostraste que la comunicación entre las personas es algo más que simplemente palabras y estas las cambiabas por gestos, sonrisas, afecto y amor a los demás.

Es verdad que aquí aprendiste muchas cosas, pero diariamente tú nos diste lecciones de entusiasmo, alegría, esfuerzo y ganas de vivir.

Por todo eso que nos enseñaste y lo que compartimos, muchas gracias Dani.

No vamos a olvidarte y siempre te querremos.

Benita Junco Panadero

Maestra.