El Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) sigue dando largas al reinicio de su colosal colisionador de hadrones, conocido como LHC por sus siglas en inglés. La avería que obligó a parar el experimento a los pocos días de su puesta en marcha el 10 de septiembre impedirá que la actividad no se retome antes del verano del 2008. Así lo confirmó ayer el portavoz del centro, James Gillies, ante ciertas noticias aparecidas en la prensa Suiza que tachaban de poco realista la idea de su puesta en marcha en la próxima primavera. "Será en verano, más que en primavera", puntualizó. El portavoz aclaró que, de todos modos, el consejo del CERN evaluará la situación el 12 de diciembre.

Las tareas para reparar el fallo del colisionador costarán entre 25 y 35 millones de francos suizos (de 17 a 23 millones de euros). El portavoz añadió que la suma la cubrirá el presupuesto del CERN. Ello se sumará a los gastos del proyecto, que exceden los 4.000 millones de euros en su proceso de construcción.

Hasta la fecha, el LHC constituye el más ambicioso proyecto científico de la historia, ya sea por sus dimensiones, su coste, el puntero desarrollo tecnológico, el ingente equipo de profesionales involucrados, el consumo energético o el tiempo invertido. He aquí algunas cifras: un túnel circular de 27 kilómetros de circunferencia ubicado a 100 metros de profundidad en la frontera franco-suiza, una basta a la vez que hipersensible maquinaria capaz de acelerar protones a casi la velocidad de la luz y causar su choque unas 600 veces por segundo, más de 10.000 profesionales de la élite científica internacional involucrados y dos décadas de trabajo para materializar el proyecto, aún dentro de unos meses.

Los objetivos tampoco se quedan cortos ya que, entre otros resultados, el CERN pretende probar la existencia de una partícula elemental que supuestamente originaría la masa de las otras partículas subatómicas: bosón de Higgs.