Quién iba a imaginar que la muerte te llegaría tan a traición. No hacía muchos días que en el Volvederu de tu alquería te habías marcado un picau , bailando con Eliseo El cerero , trenzando y destrenzando esos pies que eran considerados como el de uno de los mejores danzarines de la comarca de Las Hurdes.

Amabas con pasión a tu tierra y fuiste embajador de ella en numerosas ocasiones. Tu honesta integridad no se vendía a nada ni a nadie. Jamás contemporizaste con los poderes fácticos, a quienes les gustan los perros dóciles y sumisos; por ello fuiste incómodo para ciertas instituciones y politiquillos al uso. Pero te granjeaste la amistad y la confianza del mundo de la cultura, al que mostraste hallazgos arqueológicos y transmitiste saberes sobre la cultura oral hurdana.

Parece increíble que te hayas ido tan pronto. Sólo te faltaban nueve días para cumplir los 52 años. La víspera de la fiesta mayor de Las Hurdes te dimos tierra en ese diminuto camposanto de Aceitunilla, tu alquería. Se veían las caras conocidas de los compañeros y compañeras de Estampas Jurdanas. También los de tus amigos y amigas de la Corrobla Folclórica Valdealgares. Allí estaba el poeta José Luis Puerto y otros catedráticos e investigadores. Todos eran conscientes de que tu marcha supondría una irreparable pérdida para Las Hurdes. Gonzalo Martín Encinas, en nombre de Las Hurdes, descansa en paz.

Félix Barroso Gutiérrez