Al menos 20 personas murieron ayer en un incendio forestal de grandes dimensiones y con varios focos, que se encuentra fuera de control, en la península del Peloponeso, en el sur de Grecia, y que ha empeorado aún más un verano catastrófico marcado por un calor extremo.

El incendio se declaró el jueves por la noche. Los fuertes vientos en el Peloponeso no permitieron despegar a los aviones cisterna, por lo que solo los helicópteros, incluido uno alquilado en Rusia, intentaron combatir las llamas.

Cinco personas murieron carbonizadas cuando las llamas les alcanzaron cerca de un hotel de Areópolis, a unos 100 kilómetros al suroeste de Atenas. Otro foco en la parte oeste del Peloponeso, en la prefectura de Ilias, causó 10 muertos y seis heridos en la localidad de Makistos, informaron las autoridades.

Como el número de heridos no fuera suficientemente trágico, un bombero de Areópolis murió a causa de un paro cardiaco. Decenas de localidades fueron evacuadas, así como campamentos de verano de niños y ancianos, ante una situación que ha llevado a declarar el estado de emergencia en las prefecturas de Laconia y Mesinia. En Areópolis algunos hoteles quedaron rodeados por las llamas y los turistas se refugiaron en la playa.