El Ministerio de Sanidad italiano confirmó ayer la presencia de gripe aviaria, en su versión más contagiosa, en cinco cisnes salvajes que fueron hallados muertos en las regiones de Sicilia y Calabria a principios de este mes. Las aves llegaron en una bandada de 21 procedentes de Rusia. Un anuncio que se añadió al que hizo la Unión Europea sobre que el virus H5N1 ha llegado también a Bulgaria y Grecia. Otros cinco cisnes muertos, cuyos restos serán analizados, fueron recuperados ayer en las cercanías de Palermo, según informó Santo Caracappa, director del Instituto Zooprofiláctico de la ciudad.

El Gobierno italiano ha prohibido el movimiento o transporte de animales desde las regiones afectadas durante los próximos 21 días y ha puesto en estado de alerta a las regiones de Sibila, Calabria y Apuleia, por donde transitaron los cisnes. El pasado diciembre, en Módena, un cazador había abatido un pato que dio resultado positivo al análisis del H5N1, aunque en su versión menos patógena. Los análisis específicos sobre los cisnes hallados en el sur de Italia se han realizado en un laboratorio de Padua, que funciona como punto de referencia para la FAO, la agencia de la ONU para la Agricultura y la Alimentación. En el aeropuerto romano de Fiumicino no se había tomado ayer ninguna otra medida de seguridad respecto a las normas introducidas el pasado enero.

CARABINEROS EN OBSERVACION El consejero de santidad de la región siciliana, Giovanni Pastoro, informó ayer de que los técnicos locales ya habían aislado la zona donde llegaron los cisnes, creando un "vacío sanitario" que interrumpa toda posible propagación del virus. Dos carabineros que habían estado en contacto con las aves infectadas están bajo observación sanitaria y dos camiones de pichones que viajaban por las carreteras de Calabria fueron bloqueados y devueltos a Malta, de donde procedían. En las zonas afectadas, las aves no podrán ser trasladadas ni su carne podrá ser vendida. Por otra parte, se ha prohibido también la caza y, en breve, los técnicos informarán detalladamente sobre la gripe aviaria a cada uno de los criadores de aves.

Mientras, la Comisión Europea (CE) anunció ayer que el análisis de los tres cisnes salvajes hallados muertos en Grecia habían confirmado la presencia de la variedad más patógena del virus H5N1. Las aves fueron localizadas en Tesalónica y Pieria a principios de la pasada semana. La CE también confirmó ayer otros casos en algunos cisnes salvajes hallados muertos en la región búlgara de Vidin, próxima a la frontera de Rumanía. Otro caso sospechoso sobre un ave hallada en las cercanías del mar Negro está pendiente de diagnóstico. Además, propondrá esta semana al Comité de la Cadena Alimentaria que prohíba la importación de aves y derivados desde Bulgaria, al igual que ha hecho en Rumanía y Grecia.