Homero fue un poeta griego que legó una vasta producción escrita. La Ilíada y La Odisea sobresalen en su extensa producción. Fruto de esa capacidad de trabajo hay quien acuñó el adjetivo homérico para describir un esfuerzo enorme. La expedición Discapacitados al Polo Sur , formada por deportistas con deficiencias físicas que intentarán cruzar la Antártida, merece ser tildada de "homérica".

El adjetivo es vigente, incluso, si se ciñe a la definición de la Real Academia de la Lengua (relativo a Homero). Casi un mes de marcha rodeados de nieve, arrastrando durante 250 kilómetros un trineo con 60 kilos de carga, con temperaturas de hasta 40º grados bajo cero y vientos de hasta 300 kilómetros por hora, como describe el líder de la expedición, Juan Señor, son toda una odisea. Pero en la dificultad está el objetivo: demostrar "la capacidad de los discapacitados".

Señor es el ideólogo de la expedición. Este español educado a caballo de Oxford y la Universidad de Columbia (Nueva York) fue seis años corresponsal de guerra para la PBS (la muy aplaudida televisión pública de EEUU) y después presentador en canales como la CNBC. Actualmente es consultor de medios. No sufre ninguna discapacidad.

Para la expedición quedan cuatro finalistas. Héroes como el barcelonés Xavier Valbuena, amputado femoral desde que tenía 36 años, hace ocho; Iria González-Dopeso, de 32 y amputada tibial desde los 13; Jesús Noriega, sin mano desde que nació, y Eric Villalón, deficiente visual también de nacimiento y multicampeón paralímpico en esquí.

Solo tres de ellos irán a la Antártida en diciembre. A sus espaldas irán Señor y el guía, Ramón Larramendi: "Ellos, los discapacitados, tirarán de nosotros", aclara Señor. La principal dificultad no es el cansancio físico, sino "las pequeñas tareas como vestirse, cocinar, limpiar las prótesis... a -40ºC", afirma la gallega González-Dopeso. Una temperatura en la que el cuerpo se adormece y, si alguien cede, se congela. La gesta tendrá su efeméride. Será la primera vez que un deficiente visual llegué a la latitud 90º S, al Polo Sur, 98 años después de que lo hiciera Roald Amundsen.