Sebastián M. G., el guardia civil gay que ha pedido una vivienda en una casa cuartel del instituto armado para compartirla con su compañero, quiere casarse con su pareja si cambia el Código Civil. Así lo ha declarado en una entrevista en exclusiva que publica esta semana la revista Interviú. Tanto Sebastián como su pareja, Pedro T. G., admiten haber vivido momentos de tensión, aunque se han visto apoyados socialmente.

Interviú localizó a los dos enamorados, que habían estado una semana en paradero desconocido, en su casa de Mallorca: "Dónde hemos estado es nuestro secreto", declaran ambos, que exigen que se siga respetando su intimidad. "No tenemos afán de protagonismo. Nos queremos y necesitamos vivir juntos. Además, es una cuestión de derechos constitucionales", dicen en otro momento.

El guardia civil cuenta que durante su estancia en la academia no observó en sus compañeros comportamientos homófobos. "Una vez en activo, sí que me he sentido marginado. Pedí permiso para cuidar a Pedro y me lo negaron. Me lo habrían dado si se hubiera tratado de una novia o una esposa".

En sus declaraciones a la revista, tanto Sebastián como Pedro justifican con argumentos su petición de vivienda en la casa cuartel de Vilafranca de Bonany, la localidad mallorquina donde está destinado el guardia.