La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias que rodearon la muerte de un detenido, la pasada Nochevieja, cuando estaba en los calabozos del cuartel de Sant Andreu de la Barca (Baix Llobregat). El domingo por la manaña, cuando fueron a llevarle el desayuno, un agente encontró muerto al hombre que, según los primeros indicios, podría haber ingerido drogas.

El fallecido, Francisco A. C., de 37 años y vecino de Olesa de Montserrat, fue detenido por un delito de lesiones, tras una multitudinaria reyerta en un bar de la misma localidad. Todos los participantes en la pelea fueron trasladados al cuartel de Sant Andreu, aunque algunos fueron puestos en libertad. Como tenía varios antecedentes, fue conducido a los calabozos, junto con otros tres arrestados.

Al llegar, Francisco explicó que no se encontraba bien y pidió ser reconocido por un médico. El facultativo no le detectó ninguna anomalía importante e indicó que podía pernoctar en el calabozo. Sobre las diez de la noche, un agente le llevó la cena. A continuación, le dejaron solo en una celda, aunque los calabozos están controlados por cámaras de videovigilancia y sistemas de escucha ambiental. Mientras dormía, podría haber sufrido un infarto como consecuencia de la droga ingerida, cuestión que aclarará la autopsia.

Ningún guardia vio u oyó nada, hasta que a la mañana siguiente fue hallado muerto en su celda. La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha exigido que se abra una investigación paralela a la que ha ordenado el instituto armado. También investigará las causas por las que el preso no estuvo vigilado en todo momento.

LA DENUNCIA A través de un comunicado, la AUGC asegura que el agente que tendría que haber estado en la zona de custodia de detenidos estaba en la sala de videovigilancia del perímetro del cuartel, ya que desde hace un año el puesto está vacante. Además, denuncia que el sistema de megafonía interna no funciona adecuadamente.

Aunque los calabozos "están en un buen estado higiénico", la AUGC cree que el control no fue suficiente para detectar la muerte del detenido. Sin embargo, fuentes de la Guardia Civil explicaron ayer que el sistema de megafonía funciona bien.