La organización ecologista Greenpeace ha acusado a 25 productores de aceite de palma, de los que 20 están vinculados a marcas internacionales, de deforestar al menos 1.300 kilómetros cuadrados de selva, principalmente en Indonesia, en los últimos tres años.

En su informe 'Cuenta atrás final', la organización denuncia casos como la presencia de plantaciones en zonas protegidas y hábitat de orangutanes, la quema ilegal de bosques para la agricultura, irregularidades administrativas y conflictos sociales.

Según Greenpeace, el 40% del terreno deforestado ocurrió en la provincia indonesia de Papúa, situada en el oeste de la isla de Nueva Guinea que Indonesia comparte con Papúa Nueva Guinea.

"Papúa es uno de los lugares del mundo con mayor biodiversidad, y sus bosques vírgenes se han librado hasta hace poco de la destrucción que ha ocurrido en el resto de Indonesia", declaró a Efe el director de la campaña de bosques indonesios de Greenpeace, Kiki Taufik.

El informe también recoge casos en otras partes de Indonesia -en la isla de Borneo, las islas Molucas y la isla de Célebes- y en Papúa Nueva Guinea.

LAS MARCAS

Según la organización, firmas como Colgate-Palmolive, General Mills, Hershey, Kellogg's, Kraft Heinz, L'Oreal, Mars, Mondelez, Nestlé, PepsiCo, Reckitt Benckiser y Unilever están vinculadas a esta deforestación a través de sus cadenas de suministro.

Danone, Ferrero, Johnson & Johnson, PZ Cussons o Procter & Gamble también aparecen relacionadas en el documento con productores o proveedores de aceite de palma que incumplen los requisitos de sostenibilidad de la industria.

Aunque agregó que Mars es una de las pocas compañías que ha cortado lazos con las empresas de aceite de palma vinculadas a la deforestación.

Greenpeace acusó también a Wilmar, el principal intermediario de la industria del aceite de palma, de continuar colaborando con la deforestación.

Indonesia y Malasia son los dos principales productores de aceite de palma, un producto que se utiliza junto a sus derivados en diversos ámbitos como la alimentación, higiene, cosmética o biocombustible.

Casi 24 millones de hectáreas fueron destruidas entre 1990 y 2015 en Indonesia, lo que ha convertido al país en el de mayor pérdida de bosque tropical, según datos oficiales.