Este año te he echado de menos, cuando al compás de la pandereta irrumpían las Purificás entre la entrada y la cancela.

En esos precisos momentos, tú, Guillermo Arias Luceño, la abrías, para que chicos y mayores comprobaran el tipismo de los trajes así como las ricas roscas de piñonate .

Yo sé que desde el cielo has podido vernos a todos. A tu familia, que te llora, a la corporación municipal de la que fuiste miembro, así como a tantos y tantos amigos, entre los que me incluyo.

Que siempre donde estés te llevaremos en nuestros corazones.

Precisamente está a punto de cumplirse el primer aniversario de tu despedida y te diré, por cierto, que nuestro pueblo de Monroy me agradeció que se cumpliera tu deseo de un sencillo reconocimiento a mi labor informativa, pues siempre me has apoyado, tanto tú como los tuyos. Por todo lo cual te agradezco tu calor y amistad.

Jesús Baños