Sonriente y jovial, Helena Taberna compartió su última película, La buena nueva , con los participantes en la jornada Mujer y medios de comunicación celebrada en Cáceres la semana pasada. Taberna aprovechó para acercar este trabajo, que define como un "homenaje a las perdedoras de la guerra civil", a todos los extremeños.

--¿Cómo se siente al traer La buena nueva a Extremadura?

--Para mí, Extremadura es una zona que sufrió una represión muy parecida a la que padeció Navarra, que es de donde soy yo. Eso, por una parte, me llevó a querer que la película estuviera en salas comerciales extremeñas, como los Multicines Cáceres. Además, como yo ya he estado con mis anteriores películas aquí y tengo grandes amigas en el Instituto de la Mujer de Extremadura, eso ha permitido que hayamos podido hablar de cine en las jornadas sobre Mujer y medios de comunicación y mostrar La buena nueva .

--También porque en la película las mujeres juegan un papel muy importante.

--Claro que lo juegan y yo lo que he tratado, no sé si directa o indirectamente, es rendir un homenaje a las mujeres perdedoras de la guerra. Por eso, no he podido más que emocionarme cuando, en estas jornadas, una de las participantes, que está trabajando en un proyecto de recuperación de la memoria histórica en Villanueva de la Vera, ha asegurado que había visto reflejados en la película a las mujeres de 80 años que está entrevistando y que, por ejemplo, trabajaron en una cooperativa cosiendo uniformes como las de la película.

--¿Y cuál es el papel que cree que deben asumir las directoras de cine, como usted?

--Pues creo tenemos que poner todas las energías para que haya muchas más mujeres que cuenten su manera de ver el mundo en imágenes. Afortunadamente, en literatura ya hay muchas más mujeres --como Dulce Chacón, a la que hemos recordado aquí y, por cierto, quiero señalar que durante la gestación de La buena nueva yo leí un libro suyo, La voz dormida , que me influyó mucho, así que algo de Dulce hay también en esta película-- y trabajo porque esa presencia se extienda también al cine.

--Pero, con la situación del cine español, esto resulta especialmente complicado, ¿verdad?

--Sí, es que en España hacer cine es un milagro y si, encima, además de ser cineasta eres mujer, el milagro se duplica, y ya si eres cineasta, mujer y de la periferia, o sea no estás en Madrid, el milagro ya es el hipermilagro .

--Ahí está también la buena nueva, en que el hipermilagro se haya producido, ¿no?

--Claro (ríe) y espero que todos los extremeños se animen a compartirla. Además de que cada milagro que se produce, lleva a lograr otros muchos más.