La capital del Principado de Asturias, Oviedo, celebró ayer la trigésimo séptima ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias, la cuarta de Felipe VI como Rey. Una gala con marcado carácter político que contó con la presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y varias referencias a la legalidad y a la unidad de España.

Los All Blacks, la selección de rugby de Nueva Zelanda, rompieron el protocolo y la solemnidad de la ceremonia de entrega de los premios, marcándose una haka ante los asistentes, entre ellos los Reyes Felipe y Letizia, que observaron con estupefacción y sonrisas el baile.

La haka es una danza tradicional de guerra maorí que los jugadores de Nueva Zelanda llevan a cabo antes de cada partido ante sus rivales, que la observan respetuosamente.

Los All Blacks recibieron el premio de los Deportes por su trayectoria. Sin que estuviera previsto en el protocolo, cuatro de ellos (Keven Mealamu, Israel Dagg, Jordie Barrett y Conrad Smith) se desprendieron de sus americanas y en el reducido espacio ante los Reyes y los 1.600 espectadores que había en el Teatro Campoamor procedieron a practicar la haka, muy ovacionada por todos los presentes.

Esta ha sido la segunda vez en la historia de los Premios que asiste un presidente de España. La ceremonia solo había contado hasta la fecha con la presencia de Leopoldo Calvo Sotelo en 1981, cuando el entonces Príncipe de Asturias pronunció, con 13 años, su primer discurso público.

La excepcionalidad de la situación de Cataluña y el reconocimiento a la Unión Europea con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia podrían estar detrás de la decisión del presidente, que estuvo acompañado por varios ministros de su Ejecutivo. También asistió la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y varios eurodiputados.

Las gaitas entonando el himno de España y un sonoro aplauso sirvieron de arranque a la gala. A continuación se dio la bienvenida al escenario de los galardonados de este año: Les Luthiers en la categoría de Comunicación y Humanidades; William Kentridge (Artes); Hispanic Society of America (Cooperación Internacional); All Blacks (Deportes); Karem Armstrong (Ciencias Sociales); Adam Zagajewski (Letras); Rainer Weiss, Kip S. Thorne y Barry C. Barish y Laura candonati, en representación de la Colaboración Científica LIGO (Investigación Científica y Técnica); y el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en representación de la Unión Europea (Concordia).

La recepción del galardón por parte de los mandatarios europeos, que ofrecieron simbólicamente el galardón a los presentes dando a entender que es mérito de «todos», fue uno de los momentos más llamativos de la ceremonia. En respuesta a ese gesto, el Campoamor se puso en pie para darles la mayor ovación de la velada.

También fueron muy aplaudidos los componentes del grupo humorista argentino Les Luthiers. Marcos Mundstock afirmó que el ejercicio del humorismo, «profesional o domestico», mejora la vida y permite contemplar las cosas de una manera distinta, «sobre todo lúdica». Además, señaló que el sentido del humor se aprende y mejora con la práctica, «porque nadie nace riendo».

Mundstock tiró del humor para recordar las veces que habían sido candidatos al galardón. «Habíamos llegado a encariñarnos con ser candidatos», comentó, para añadir que ahora que son premiados esperan que sus amigos «no se olviden de nosotros». Amigos entre los que ha destacado a Serrat, Gila, Coll o los componentes de Tricicle, no sin recordar sus primeras actuaciones en el Campoamor, «un entrañable recinto».