Un grupo de investigadores españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto un derivado sintético de la morfina que, al ser administrado en ratas, muestra un efecto atenuante del dolor cien veces más potente y dos veces más duradero que el de la sustancia original, además de tener menos efectos secundarios como depresión respiratoria, tolerancia, dependencia y estreñimiento.

El descubrimiento abre la puerta al diseño de mejores analgésicos contra el dolor crónico, un problema de salud de grandes dimensiones sociales que, además del propio sufrimiento e incapacidad de quien lo padece, causa grandes costes médicos y pérdida de productividad.