La entrada en acción de un gen llamado CIRP es uno de los factores que propician que una célula humana suspenda su ciclo vital natural --es decir, nacer, ejercer una función y morir, lo que se denomina apoptosis-- y pase a ser inmortal, reproduciéndose indefinidamente y causando un cáncer. La revista científica Molecular and Cellular Biology ha recogido este hallazgo, realizado en el Instituto de Recerca del Hospital del Vall d´Hebron de Barcelona.

El descubrimiento, indicaron los investigadores, tal vez permitirá desarrollar un mecanismo que desactive esa condición de inmortalidad y convierta en temporales y transitorias las células de los tumores malignos, que en la actualidad invaden el cuerpo hasta acabar con él. Los tratamientos químicos suprimen todo el tejido celular --el sano y el enfermo-- pero no revierten su inmortalidad.