Loreto González, una de los 18 supervivientes del accidente de Spanair, agradece a la providencia que su profesión de médica le salvara la vida, pero no se explica por qué los equipos de rescate tardaron "40 o 45 minutos" en llegar al lugar del desastre y por qué la pista de despegue estaba situada cerca de una zona plagada de escollos. Sin esas dos fatídicas circunstancias, quizás su hija de 23 años estaría ahora viva como ella. Así se lo transmitió ayer al juez Juan Javier Pérez desde la silla de ruedas que le acompaña tras salir de un coma de cinco semanas. Decidió luego sincerarse con los periodistas para honrar la "memoria" de su hija desaparecida, que era una persona "muy justa y equitativa".

La superviviente, de 57 años, se percató enseguida en su asiento de la segunda fila de que algo "no iba bien" cuando el MD-82 intentó el despegue por segunda vez. Pensó que se iba a volver a abortar la maniobra, pero ante su "sorpresa" el avión aceleró y se elevó un poco para luego caer. Las múltiples fracturas que sufrió en todos sus miembros y en el rostro ("me han reconstruido la cara. Antes era más guapa") le impedían moverse. "Estoy viva gracias a que estaba consciente y pude diagnosticarme y avisar a los rescatadores con la mano izquierda", explicó. Loreto les pidió que la pinchasen en la pleura porque tenía un neumotórax que la estaba asfixiando. Luego la metieron en la ambulancia y se sumió en un profundo sueño del que no saldría en un mes.

ZONA PELIGROSA Loreto trasladó al juez su extrañeza por la "más de media hora" que tardaron los efectivos de rescate en llegar a auxiliarlos, pese a que estaban en cabecera de pista. También se quejó de que la zona del despegue estuviera "al lado de un río, una arboleda y una vaguada con un desnivel de cinco metros", en vez de un llano con "arena o grava" que hubiera ayudado a "amortiguar la caída".

El desconcierto de la torre de control en los momentos posteriores al accidente tampoco se libró de sus críticas: "Supongo que el controlador nos vería caer. Si no, es que no estaba controlando". Para Loreto, "todo el mundo tiene un poco de responsabilidad", incluida Spanair por "la presión" que ejerció para recuperar el "retraso" acumulado.

Los otros dos supervivientes que testificaron (José Alonso y Rafael Vidal) pidieron a los medios que respetaran su silencio. El juez ha citado para declarar el miércoles a los dos técnicos que repararon en Barcelona el avión siniestrado un día antes del accidente. Por otro lado, ayer quedó constituida la comisión de investigación independiente que ordenó el juez al margen de la oficial. El grupo está formado por dos pilotos, dos mecánicos y cuatro ingenieros.