La policía del condado de Seminole (Florida, EEUU) hirió gravemente a tiros el viernes a Christopher Penley, un adolescente de 15 años que se había atrincherado en los servicios de su instituto y amenazó a un agente de las fuerzas especiales con una pistola de perdigones. El joven está en situación de muerte cerebral. La policía había sido advertida de que el arma era falsa.

"Si le hubieran dejado entrar en la escuela, el padre hubiera arreglado la situación", denunció Mark Nation, abogado de la familia, que ayer convocó una vigilia en memoria del joven, cuyos órganos fueron donados.

La policía mantiene un mutismo absoluto sobre este nuevo incidente de violencia en las escuelas de EEUU, que sucedió el viernes, a las 9.30 de la mañana. Penley, un adolescente depresivo, se encontraba en su aula del instituto Milwee en Longwood, a las afueras de Orlando, cuando alguien dio la alarma sobre la pistola que llevaba en su mochila.

"Mientras la maestra avisaba por teléfono, él apagó las luces", explicó un alumno de 13 años. Penley sacó entonces lo que parecía una pistola real mientras todos los alumnos abandonaban el aula aterrorizados, pero ordenó a dos que se quedasen. Se trataba de un arma de las que cuestan un dólar, explicó Cotey. El menor ya había huido.