La controversia en torno a Hwang Woo-suk, considerado un héroe nacional en su país, ha conmocionado a los surcoreanos ya que la mayoría había depositado su confianza en su labor, sobre todo los familiares de personas con enfermedades incurables. En Corea de Sur se había creado incluso una organización en apoyo al trabajo del profesor (un centenar de mujeres, además, había expresado su intención de ofrecer óvulos para que pudiera llevar su trabajo sin tener que incurrir en polémicas de índole ético). El Gobierno de Seúl también había apoyado al científico con una millonaria subvención de unos 20 millones de euros.