"Te veo genial, Eva, ideal para unas fotografías que tengo en mente". Lo dijo días atrás Anna Wintour, la capitana generala del Vogue americano, en una fiesta benéfica que se celebró en Nueva York. Su interlocutora "ideal" era Eva Herzigova (en la foto, en un desfile en Milán, el pasado día 4), la otrora chica Wonderbra, que en esos momentos se paseaba entre las bandejas de canapés con ojeras de una semana, la piel agrietada y con un vestido cuyo gran escote dejaba ver que sus curvas de antaño --95/62/92-- se las había zampado la báscula.

Y claro, ahí empezaron los rumores. Que si Herzigova no come. Que si se droga. Que si está enferma. Pero el caché de la modelo checa, que hoy cumple 30 años, nunca había sido tan alto como ahora, tras haberse labrado un look de mujer huesuda y de vuelta de casi todo.