Los hijos de Diana de Gales se sienten ultrajados por las impúdicas revelaciones del antiguo sirviente de su madre, Paul Burrell. En el comunicado, durísimo y sin precedentes, difundido ayer por el Palacio de Buckingham, el príncipe Guillermo y su hermano el príncipe Enrique (ambos en la foto en junio) y su hermano, el príncipe Enrique, acusan al exmayordomo de cometer una "fría y abierta traición", al vender detalles confidenciales de la vida de Diana.

Guillermo afirma en la nota, que el comportamiento de Burrell "es muy doloroso" y que, si Diana estuviera viva, "se sentiría mortificada" al ver sus cartas privadas divulgadas a los cuatro vientos. Desde el pasado lunes, Burrell ha comenzado a publicar en el Daily Mirror, extractos de su libro Un deber real, que saldrá a la venta la próxima semana.

ABUSO DE CONFIANZA

La obra incluye correspondencia personal de la princesa y de otros miembros de la familia real. "No podemos creer que Paul, en el que se depositó tanta confianza, pueda abusar de su posición de una forma tan fría y traicionera. No sólo es doloroso para nosotros dos, también lo es para todos los que se ven afectados. Esto habría mortificado a nuestra madre, si hoy hubiera estado viva", dice la nota.

"Finalmente, nosotros creemos que tenemos más derecho para hablar por nuestra madre que Paul, al que pedimos, por favor, que ponga fin a esas revelaciones", concluye el comunicado.

Una de las cartas publicadas por Burrell, escrita por Diana 10 meses antes de morir, revela su temor a sufrir un atentado, enmascarado como un accidente automovilístico. Otras cartas dirigidas a la princesa por su suegro, el duque de Edimburgo, abordan la relación entre el príncipe Carlos y Camila Parker Bowles. Ayer, el Daily Mirror hablaba de "nueve hombres en la vida de Diana". La dirección del diario rechazó comentar el comunicado, que no impedirá, probablemente, la publicación del futuro best-seller, por el que Burrell va a cobrar 2 millones de euros (320 millones de pesetas).