El niño Alí Ismail Abbas (foto derecha) se quedó sin brazos, sin padres y sin tres de sus seis hermanos el 30 de marzo, cuando un misil de EEUU resquebrajó su casa, a las afueras de Bagdad. Ahora --ironías de la vida--, Hollywood se propone reparar los "efectos colaterales" de las bombas de Washington, y un grupo de artistas ha hecho una colecta para que el pequeño, de 12 años, siga tratamiento en una clínica de Los Angeles. Arnold Schwarzenegger, (foto izquierda) el embajador de Bush en Hollywood, es uno de sus más fervorosos padrinos.

Junto a los músculos de Terminator, también pasan el cepillo la actriz Angelina Jolie y los cantantes Mariah Carey, Justin Timberlake y Christina Aguilera. En breve, Julia Roberts y George Clooney se sumarán a esta campaña de SOS Alí que, sorprendentemente, llega en un momento en que personajes como Susan Sarandon, Tim Robbins y Sean Penn languidecen en listas negras por haber dicho no a la guerra de Irak.

El día que el proyectil convirtió a Alí en el único superviviente hallado bajo los escombros de su hogar, el huérfano dejó atrás su etapa de niño en el barrio donde vivía y donde cada mañana recorría en el taxi de su padre dos kilómetros hasta el colegio. Allí, bajo los cascotes, empezó otra vida convertido en el fatal símbolo de la guerra. Una campaña internacional permitió que fuera trasladado a Kuwait donde recibió un injerto de piel en su torso carbonizado. Qué paradójico sería que Alí acabara viviendo en Hollywood.