En dos pasajes que han desatado la polémica, el Papa enlaza el Holocausto con el aborto, al que califica de "exterminio legal de seres concebidos y aún no nacidos". Este exterminio "ha sido decidido", según Juan Pablo II, "por parlamentos elegidos de forma democrática".

También descalifica en su último libro al Europarlamento: "Tampoco faltan otras formas graves de infringir la ley de Dios. Por ejemplo las fuertes presiones del Parlamento Europeo para que se conozcan las uniones homosexuales como si fueran otra forma de familia, que tendría también derecho a la adopción. Se debe plantear la cuestión sobre la presencia del mal que intenta aprovechar los derechos del hombre contra el hombre y la familia".