Un búlgaro de 75 años que reside en el municipio de L'Eliana con su familia y dispone de escasos recursos económicos entregó a la Policía Local una bolsa con 2.000 euros en su interior que se había encontrado en la calle, cuando volvía de recoger a su nieta del colegio. Jeliazko Petkov, que nunca había visto "tanto dinero", no se lo pensó e inmediatamente acudió a la Policía Local para entregar el dinero -"que no es mío", insistió en declaraciones a EFE- y que después se supo que pertenece a una vecina de una urbanización próxima, que tenía previsto pagar con él el vestido para la boda de su hijo.

Petkov relató a EFE que, cuando volvía con su nieta por la tarde, a su paso por la calle del Padre Damián, vieron una bolsita y la niña, de 8 años, la cogió. "Preguntó si podía ver su interior y, cuando lo abrió, vio mucho dinero. Cogí la bolsa y pensé: vamos a la Policía para entregarla", dijo, ya que no había ningún documento sobre su propietario. Petkov pensó: "Me falta, pero no es mío", por lo que decidió entregar los 2.000 euros a la Policía.

Mientras tanto, su hija, Eleanora Jeliazkova, comenzó a preocuparse porque su padre había ido a "comprar pan pero tardó 3 ó 4 horas" y cuando regresó y le contó lo ocurrido, se puso, según relató hoy, "de los nervios" porque están "en una situación precaria". La familia sobrevive con los 400 euros de pensión de viudedad que percibe Jeliazko Petkov, ya que su hija y el marido de ésta han estado sin trabajar durante unos tres años. "Encuentras dinero, que ha sido el sueño de tu vida, y ¿vas y lo devuelves?", preguntó Eleanora a su padre, quien le respondió que si en seis meses nadie reclamaba el dinero, podría ser para ellos.

Eleanora, que pide ayuda para encontrar una casa donde vivir, estuvo una semana sin poder dormir y con una "sensación rara" pero sabe que su padre es "una persona sincera" y "no puede quedarse con algo que no le pertenece porque piensa que igual a otra gente le hace más falta".

El inspector de la Policía Local de L'Eliana, Constantino Antón, afirmó de Petkov que es "un ejemplo a seguir" porque "en estos momentos no es frecuente este tipo de acciones". Dos días después de la entrega del dinero, acudió a la Policía una mujer para denunciar la pérdida de 2.000 euros que justificó con una bolsa de tela vaquera que era juego de la bolsita perdida. Jeliazko rechazó la pequeña recompensa que la propietaria del dinero le ofreció porque pensó que había hecho lo que debía.