Hace apenas unos días solo sabían cocinar pasta, arroz, tortilla francesa o, los más aventajados, hasta de patatas. Ahora se han puesto el delantal y ya han aprendido a preparar bacalao confitado, patatas guisadas con costillas, almejas a la marinera o pisto. Son los alumnos del primer curso de Cocina Básica para Hombres organizado por la Universidad Popular de Badajoz (UPB), que hasta finales de noviembre acuden a clases dos veces por semana para adquirir habilidades ante los fogones, familiarizarse con el utillaje, aprender algunos trucos o recibir orientación sobre la cesta de la compra y las materias primas. El curso ha despertado tal interés que 23 personas se han quedado en lista de espera.

El cocinero Eduardo Romero es el encargado de conseguir que estos 15 alumnos, de entre 30 y 65 años, saquen el chef que llevan dentro. En una pequeña cocina habilitada en la sede de la UPB en la calle Pedro de Valdivia, estos aprendices elaboran sus platos."Es cocina básica, guisos, ensaladas y otros platos muy sencillitos", explica Romero.

Ayer estaban enfrascados en la preparación de una tempura de verdura con gambas y una carne guisada. ¿Se atreven a probar luego los platos que preparan? "Hay que probarlo, por supuesto, para ver cómo ha salido".

Javier González tiene 30 años y hace poco tiempo que ha dejado el hogar familiar para irse a vivir solo. "Desde que me he ido de casa llevaba una temporada comiendo siempre lo mismo y me apetecía aprender a preparar otras cositas", comenta Javier, quien reconoce que su recetario se limitaba a "mucha pasta y arroz". Este curso le está sirviendo para ampliar sus conocimientos culinarios, pero también para valorar la buena mesa al comprobar "lo que se tardan en hacer algunos platos".

A sus 65 años José Ignacio Carrasco ya había hecho sus pinitos en los fogones. "En casa cocino algunas comidas y ya las hago casi bien. Pero quiero perfeccionarme un poquito", decía. Su mujer está "encantada" con esta nueva afición y dispuesta a traspasarle los trastos de la cocina.

Javier Gutiérrez también tiene 30 años, está recién casado y tenía mucho interés en aprender a cocinar. Cuenta que el mundo gastronómico le ha enganchado , aunque reconoce que el mayor problema "es fregar toda la loza que te queda". Espaguetis y tortilla eran sus especialidades , ahora se ya atrevería "con un buen menú elaborado, incluso con carne guisada o un bacalao confitado".

La concejala de la Universidad Popular de Badajoz, Dolores Beltrán, afirma que este curso dirigido únicamente a los hombres no persigue "excluir a nadie", sino que trata de dar unas nociones básicas a quien nunca antes se había acercado a los fogones, para que sea más fácil su participación en otro curso de cocina regional abierto a todo el mundo que se impartirá desde finales de noviembre.