El consumo de fruta, transcendental en toda dieta equilibrada que se precie, también sabe de sexos. Los hombres la ingieren mayoritariamente durante las comidas y prefieren las fáciles de pelar, como el plátano. Por contra, las mujeres las consumen más en otros momentos del día y optan por las que aportan más fibra, son diuréticas o ayudan a perder peso, como la piña, sin pereza a la hora de prepararla. Un estudio patrocinado por la multinacional Dole pone de relieve estos hábitos entre los españoles y también subraya que las mujeres consumen más cantidad de naranjas mientras los hombres lo hacen de manzanas y peras, generalmente sin pelar y mucho más fáciles a la hora de llevárselas a la boca.

La investigación, realizada mediante 1.817 entrevistas en toda España, destaca que las mujeres en general evitan aquellos productos vegetales que aportan más calorías, pero se acercan más a los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de una ingesta mínima de tres piezas al día procurando que una de ellas sea rica en vitamina C (cítricos, kiwi, melón, fresas, frutas tropicales). Casi un tercio de las españolas cumplen el consejo e incluso el 12% toma cuatro al día o más.

El estudio coincide con la alarma de distintas investigaciones oficiales recientes ante el escaso consumo entre los niños y los jóvenes. La población entre los 18 y 24 años no llega a tomar ni siquiera dos piezas o su equivalente al día. ¿Razones? Creen que ya toman suficiente, les da pereza, es muy cara o simplemente aducen que no les gusta, no les va bien o no les apetece.

Este déficit es especialmente peligroso en los menores, según Ascensión Marcos, profesora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y expresidenta de la Sociedad Española de Nutrición. Cuando sean adolescentes o jóvenes, este déficit se puede reflejar en obesidad, enfermedades cardiovasculares, colesterol alto, procesos inflamatorios e incluso úlceras estomacales y posibles tumoraciones intestinales. "El consumo de fruta es el mejor camino contra la obesidad, ya que sacia y quita las ganas de comer alimentos que engordan o que son menos saludables", sentenció Marcos.

Los expertos insistieron en que la educación y el ejemplo de los padres son claves para que los menores consuman estos productos saludables por su alto contenido en agua, su aporte de fibra y de antioxidantes que protegen de enfermedades.