En la mitología griega, las amazonas eran una casta de mujeres guerreras que vivían en un reino independiente que los autores de la época situaron junto al mar Negro, en la actual Turquía. Según algunos relatos, los varones no tenían permiso para residir en él ni para mantener relaciones sexuales con ellas, aunque estas visitaban una vez al año a sus vecinos los gargarios con ánimo reproductivo. Las recién nacidas permanecían junto a sus madres, pero los varones eran sacrificados o enviados al país de sus padres. Precisamente, de la selva amazónica procede una especie de hormigas que ha evolucionado hacia una población formada solo por hembras tras renunciar al sexo, prescindir de los machos y desarrollar un sistema de reproducción basado en la clonación.

El hallazgo, publicado en Proceedings of the Royal Society B., es de un equipo de científicos dirigidos por la bióloga Anna Himler, de la Universidad de Arizona, que, tras analizar el ADN de varios especímenes de la hormiga amazónica mycocepurus smithii, descubrió que todos los ejemplares eran clones de la reina de la colonia. La disección permitió ver que les resulta imposible copular con otros de su especie.