TStegún la wikipedia (esa fuente de inspiración inagotable para mis alumnos), en la tierra vivimos más de seis mil millones de personas (humanas que dirían algunos). Así, por lo bajo, compartimos horóscopo con quinientos millones de nacidos en el mismo mes que nosotros. Ahí es nada. Muchos capricornios o acuarios que sienten y padecen lo mismo en Nueva York que en Matalascañas. Al menos eso creen los que se ganan la vida haciendo predicciones con túnicas brillantes que apenas cubren las lorzas amasadas con el dinero de los incautos, o estos mismos, que no dudan en ordenar sus días según marcan las estrellas. Claro que las estrellas son muy suyas y no se muestran a cualquiera, sino a los elegidos de vestuario indescriptible que lo mismo te hablan de cartas astrales que de cheques. Da un poco de vértigo imaginar que solo doce signos rigen el destino de tanta gente. Hoy es un gran día para los aries, dejarán su amor de siempre para iniciar una aventura, por ejemplo. Imagínense los quinientos millones de divorcios. O piscis, absténganse de transacciones económicas (no me digan que este no puede ser el origen de la crisis, todos los piscis sin hacer negocios una semana entera). Menos mal que luego llega la realidad y lo pone todo en su sitio. Entre los millones castigados por el hambre, los que sufren guerras constantes y los niños al borde de la muerte (uno de cada siete nacido en los países pobres no llega a los cinco años) somos muy pocos los que vivimos regidos por los astros. Los otros, simplemente sobreviven, sin necesidad de consultar el horóscopo para saber cuál es la dosis de espanto que les depara el día.