Los 50 empleados que la empresa Tragsa ha contratado para limpiar los arenales de la comarca de Ferrol (La Coruña) han vuelto al trabajo después de protagonizar una jornada de huelga por las malas condiciones laborales en las que desempeñaban su actividad. Hasta ayer tenían que cambiarse a la intemperie pese a las bajas temperaturas, el viento y la lluvia; no cotizaban los fines de semana que trabajan; no estaban adscritos a ningún convenio y no cumplían las normas sanitarias adecuadas a su condición. Y, además, no habían cobrado la nómina del mes de diciembre.

Todas sus demandas han sido resueltas ya por la empresa concesionaria del Gobierno. El problema de los vestuarios se arregló al conseguir unas instalaciones donde cambiarse de ropa, mientras que las condiciones laborales se han normalizado y han cobrado por fin la nómina pendiente, que según Tragsa se retrasó por la acumulación de festivos en la época navideña.

ACTIVIDAD CONTAMINANTE

El miércoles, los trabajadores afectados se declararon en huelga e interrumpieron su tarea de recoger fuel en los arenales ferrolanos manchados por la marea negra. Los representantes de la Central Intersindical Galega (CIG) y de la Unión Sindical de Trabajadores de Galicia (USTG) acusaron a Tragsa de "no cumplir las mínimas medidas de salud laboral a pesar de tratarse de una actividad altamente contaminante", algo que parece que también se resolverá con prontitud.