La Iglesia católica italiana rechazó ayer celebrar los funerales de Piergiorgio Welby, el enfermo de distrofia muscular al que, el miércoles, un médico desconectó del respirador artificial que le mantenía en vida, secundando su deseo, repetidamente manifestado, incluso ante notario. "La voluntad de poner fin a su vida, afirmada de manera pública, es contraria a la doctrina católica", esgrimió la oficina del vicario de Roma y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, Camillo Ruini, en un comunicado dado a conocer por la televisión pública, la Rai, para negarle la ceremonia, inicialmente prevista para hoy.

En un primer momento, el párroco de San Juan Bosco de Roma, al que le correspondía oficiar los funerales, había advertido a la familia de que el eco mediático impediría que el acto religioso se celebrase el sábado, tal y como se había acordado, horas antes del entierro de Welby, fijado para el domingo, según explicaron los allegados del fallecido. En su lugar, se ofreció dedicarle más adelante una misa

La viuda compareció ayer ante la prensa, antes de que se conociera la negativa eclesiástica, para reclamar una ley que regule la eutanasia a la que puedan recurrir los enfermos que se hallen en la situación de su marido. "Que exista una ley del aborto no obliga a utilizarla", dijo Mina para subrayar la voluntariedad de la ley que reclama.