Carla, una niña con síndrome de down severo, tendrá que desplazarse hoy con su familia a Badalona a hacer la primera comunión después de que el párroco de Teià, la localidad donde reside, se negara a dar el sacramento a la menor. En abril, el sacerdote de la iglesia de Sant Martí, Josep Lluís Moles, comunicó a la madre que la pequeña no podía hacer la comunión pues, por su minusvalía psíquica, "no se da cuenta de nada". En conversación telefónica con la agencia Efe, el cura rechazó que se tratara de una discriminación y argumento que la niña "no pudo hacer la catequesis".

"Esa niña es un ángel de Dios, al que se le borraron sus pecados en el bautizo y que no ha vuelto a pecar desde entonces", sostuvo el párroco. En la reunión que mantuvo el sacerdote con la madre de la niña, en presencia de la catequista, Moles reiteró que "la niña está en un orden moral superior a nosotros y por tanto no necesita ningún sacramento".

El cura explicó que, anteriormente, él mismo había preparado personalmente a un niño discapacitado de 10 años, que "aunque no podía leer, sí que podía dialogar con él, pero en este caso, con la nena era imposible, pues tiene reacciones inesperadas, y a veces se pone a gritar".

"Durante 15 días estuve pensando si había actuado bien, y pensé que sí", relató el cura que, aun así, decidió después rectificar su decisión y comunicar a la madre que la pequeña podía hacer la comunión junto a su hermano gemelo. Según el sacerdote, ha sido la familia la que no ha respondido a la invitación.

APRENDER EL PADRENUESTRO Sin embargo, según han denunciado los familiares de la niña, cuando hace tres años contactaron con el sacerdote para iniciar la catequesis, este objetó que la menor podía entorpecer el desarrollo de la clase. Al cabo de un año, la familia volvió a intentarlo y, entonces, el párroco llegó incluso a poner a prueba a la pequeña. Dijo que si era capaz de aprenderse el padrenuestro en siete meses se le daría. Más tarde, cambió de opinión y volvió a comunicar su negativa.

La familia se puso entonces a buscar otras parroquias, pero el sacerdote les amenazó con que interferiría para que no se celebrara la ceremonia. Los padres contactaron con el Arzobispado de Barcelona, que les respondió que no podía desautorizar al sacerdote. Finalmente, la hará hoy con su gemelo en Badalona.