La gestión del problema de corrosión en las tuberías de Vandellós II (Tarragona), detectado en agosto de 2004 y que mantuvo a la planta parada más de cinco meses al año siguiente, le ha costado a la empresa una sanción de 1,6 millones de euros, la más alta impuesta nunca a una central, a la que recurrirá.

El ministro de Industria, José Montilla, ha decidido sancionar al titular de la planta con esa "severa sanción" -repartida en tres multas-, cercana "al máximo" que contempla la normativa vigente "a la vista de la gravedad de los incidentes ocurridos" en sus instalaciones y porque "la seguridad de las centrales nucleares es un tema prioritario".

Informó ayer el ministro que "ha resuelto imponer" a Vandellós II esa multa "como penalización por la comisión por parte de la central de tres infracciones graves relativas al incidente ocurrido el 25 de agosto de 2004 en su sistema de aguas de servicios esenciales".

Ha sido el propio Montilla el que ha determinado la cuantía, 525.000 euros en dos sanciones y 550.000 euros en otra. porque la ley establece que las faltas graves, que pueden llegar hasta los 601.012,10 euros, las impone el ministro, mientras que las leves (hasta 60.000 euros) corresponden al director de Política Energética y las muy graves (hasta 3 millones de euros) al Consejo de Ministros.