Las oficinas de la Seguridad Social habilitadas para la regularización de extranjeros han preparado un operativo para hacer frente a la previsible avalancha de los últimos días del proceso. El despliegue permitirá absorber el incremento de las peticiones aunque el ritmo de solicitudes se duplique de aquí al sábado, el día en que finaliza el proceso, aseguró ayer el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera.

El máximo responsable de la regularización coincidió con otros expertos en vaticinar que en los últimos días el número de peticiones "se disparará" y superará de largo las casi 18.000 registradas diariamente a finales de la pasada semana. El previsible alud de solicitudes de última hora provendrá especialmente de los inmigrantes que no cumplían el requisito de estar censados antes del 8 de agosto del 2004, pero que ahora pueden acogerse al empadronamiento por omisión.

Algunos colectivos, e incluso la Conferencia Episcopal, han pedido que se prorrogue el plazo de la regularización para que los afectados puedan acogerse a la nueva figura, pero el Gobierno, apoyado por sindicatos y empresarios, se ha negado y ha optado por la alternativa de reforzar los servicios los últimos días. El sábado, las oficinas abrirán todo el día, hasta las nueve de la noche, e "incluso más tarde si fuera necesario para que nadie se quede fuera", indicó un portavoz de Trabajo.

540.000 PETICIONES El ministro volvió a insistir en que la cifra actual de solicitudes, 540.000 el martes, es ya "un verdadero éxito", porque cada una conlleva un contrato de trabajo y supone aflorar empleo sumergido.

Caldera animó a los empleadores a "aprovechar los días que quedan" para legalizar los empleos irregulares. Los requisitos que deben cumplir los inmigrantes son tres: disponer de un contrato de trabajo de seis meses, demostrar que estaba en España antes del 8 de agosto y carecer de antecedentes penales.