Todo fue un accidente causado por la falta de previsión y el desconocimiento. De "imprudencia" calificó el alcalde de La Todolella, Alfred Querol, el empleo de estufas de butano de granja para la calefacción del albergue. La mala combustión de al menos una de ella produjo la intoxicación. Esta es la causa de las muertes, según las primeras conclusiones de la autopsia de los cadáveres, hechas en el Instituto de Medicina Legal de Castellón y a falta de los análisis complementarios de Toxicología.

Esa misma conclusión fue la expresada por el vicepresidente del Gobierno valenciano, Víctor Campos, el primero en comunicarlo tras la finalización de las autopsias, a las 11 de la mañana de ayer. Mario Ventura, coordinador de los seis forenses que durante ocho horas se afanaron en la identificación de los cuerpos, explicó que, al ir en pijama y no llevar documentación, no pudo saberse quienes eran "hasta que los propios familiares" los vieron. Ventura aclaró que el estudio es aún "preliminar", y que es pronto para conocer la hora exacta a la que murieron.

El forense sí que aventuró que parte de ellos "pudieron no darse cuenta de su muerte, ya que el monóxido de carbono provoca una parálisis de las extremidades y los deja inmóviles". De hecho, casi todos estaban en una posición relajada, lo que indica que fallecieron durmiendo. Sin embargo, según el testimonio de la encargada del albergue, al ir a despertarlos tuvo que empujar la puerta porque uno de ellos entorpecía su apertura, por lo que se deduce que alguno intentó salir de la estancia.

La pregunta ahora es por qué se permitió el uso de estufas de granja. El alcalde de la Todolella apuntó que, ante la insistencia de los organizadores de la fiesta del 50 aniversario de Bartomeu Meseguer, finalmente se consintió que llevaran estufas para sustituir a la calefacción central del albergue, averiada al congelarse las cañerías de agua. Alfred Querol negó que él diera el permiso, aunque sabía que "los organizadores no podían admitir" que se suspendiera un acto para más de 70 personas.

Este número de asistentes y el hecho de que actuara un grupo de música hizo que la Asociación Independiente de la Guardia Civil exigiera la apertura de un expediente sancionador al Ayuntamiento de La Todolella y a los encargados del albergue, como responsables civiles de la muerte de las 18 personas. Esta asociación dice que la ley obliga a una autorización previa cuando se superan las 50 personas y que se cumplan siempre las medidas de seguridad. La asociación también cargó contra los que permitieron que se empleara "calefacción con estufas industriales, colgadas en el techo", y explicó que "cuando el fuego consume el oxígeno, se apaga y empieza a emitir gas sin su combustión".

NOTICIA IMPACTANTE Sea como sea, el aluvión de reacciones demuestra el impacto de la tragedia. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, expresó sus condolencias a los familiares y, junto al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, guardó un minuto de silencio en su memoria en un acto que presidió en Alcalá de Henares.

En representación del Gobierno acudió al funeral de Morella la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, quien junto a los Príncipes y el presidente valenciano, Francisco Camps, se acercaron a las familias para acompañarles en su dolor. Fue antes de comenzar el acto.