El pasado miércoles el director general de Tráfico, Pere Navarro, lanzó un deseo: que la proliferación de radares en la carretera estimule a los fabricantes a introducir limitadores o reguladores de velocidad en los vehículos.

Lo que el director general desconocía y con él casi todos los conductores, es que la mayoría de las marcas más populares incorporan ya estos equipamientos, incluso en sus modelos de gama media y baja. Y las que aún no lo hacen no tardarán. El conductor que no quiera recibir una colección de foto-multas y la consiguiente pérdida de los puntos del carnet no tendrá excusa.

La generalización del sistema es precisamente fruto de la multiplicación de los radares que se ha producido en los últimos años en la mayoría de de países europeos, con Francia, Gran Bretaña e Italia a la cabeza.

Renault anunció recientemente que casi todos los compradores franceses exigen esta opción. Y como los grandes fabricantes toman las decisiones a nivel europeo, el equipamiento que se vende en Francia o Alemania se ofrece también aquí.

DESACTIVACION Todos los limitadores o reguladores que se encuentran hoy en el mercado dependen de la voluntad del conductor. Es él quien debe activarlos y programarlos para que le marquen la velocidad máxima en función del tipo de vía por la que conduce.

También puede desactivar el aparato de modo instantáneo en caso de emergencia.

Pero aún así, tanto los expertos como las autoridades de tráfico los consideran un gran avance. "Son muy útiles, tanto en ciudad como en carretera para quien quiere evitar la tentación de infringir los límites o incluso el hacerlo por despiste", explica un técnico de la DGT.

CUATRO TIPOS DIFERENTES Actualmente, los fabricantes ofrecen en España cuatro tipos diferentes de sistemas de control de velocidad.

En función de la marca, el comprador puede optar por uno u otro y, en ocasiones, por combinaciones de ambos.

Renault, Citröen, Mercedes y Smart disponen del sistema más drástico. Bloquea el acelerador cuando se alcanza la velocidad que el propio conductor ha programado. En caso de necesidad, el pedal se libera "dando un leve zapatazo", según un portavoz de Renault.

Otra empresas, como Audi, ofrecen el limitador acústico. Se trata de un simple chivato, como el existente para el cinturón de seguridad. Cuando se sobrepasa el límite escogido, salta una señal acústica. Es un elemento informativo, pero muy útil para los más despistados.