"Había ríos de barro y caían piedras de las montañas; era monstruoso, iban a una velocidad increible". Es el testimonio de David Bressac, un joven guía de montaña de 22 años, profundamente afectado, a su llegada a Nueva Delhi, tras haber sido sorprendido por las devastadoras lluvias monzónicas en la región de Ladakn. Estuvo bloqueado durante cinco días en Skyu. Agotado, da cuenta del "infierno" desde que las inundaciones golpearon Leh, la principal ciudad de Ladakh, y localidades aledañas. "Acompañaba a un grupo de nueve personas pero un joven tuvo mal de altura y nos obligó a retornar hacia Leh cuando fuimos sorprendidos por las lluvias", explicaba en el aeropuerto de la capital india para añadir: "Nos llegaba el barro a la cadera, nos ayudábamos en parejas para salir".

"Eramos un centenar de personas en un pueblo y no había más agua, alimentos ni ninguna conexión telefónica", añade el guía para continuar: "Fue el pánico". "Volvimos a salir para buscar un teléfono por satélite a una hora de marcha para decir que estábamos incomunicados y, al día siguiente, los helicópteros vinieron a rescatarnos". "Fue un gran alivio", concluye. Philippe Vassal, un farmacéutico de 29 años, se congratulaba de su suerte. "Nuestra tienda se partió por la mitad pero pudimos salir y refugiarnos", concluye.