Por el momento se conocen dos casos --las dos niñas valencianas de 14 y 15 años-- pero podrían ser tres. El consejero balear de Salud y Consumo, Vicenç Thomàs, confirmó ayer que una adolescente que fue vacunada contra el virus del papiloma humano se encuentra ingresada en el Hospital Son Dureta de Palma después de sufrir convulsiones. La menor está siendo sometida a una serie de estudios para comprobar si hay una relación causal entre la dosis que recibió y su cuadro clínico.

El preventivo se empezó a suministrar en Baleares en el último trimestre del 2008, informó Thomàs, quien añadió que la decisión de incluirlo en el calendario de vacunas fue tomada por el conjunto del Sistema Nacional de Salud, entre el Ministerio de Sanidad y los departamentos de Salud de las comunidades autónomas. Todas las vacunas tienen un periodo de vigilancia en el que se notifican y estudian las reacciones adversas a ellas, explicó el consejero, y así se está haciendo en Baleares con este medicamento.

DIAGNOSTICO DIFERENCIAL Por el momento, el Ejecutivo balear no prevé retirar el preventivo. Thomàs recordó que el Ministerio de Sanidad y Consumo decidió proseguir con las vacunaciones al no encontrar una "evidencia clara" de relación en los dos casos de Valencia. Fuentes de Son Dureta informaron de que se está aplicando un diagnóstico diferencial a la adolescente afectada, que consiste en ir descartando todas las posibles causas de los espasmos.

En Baleares ya se han suministrado más de 4.000 dosis de este preventivo, sin que se hayan detectado efectos secundarios relevantes. En España se han registrado un centenar de notificaciones de sospechas de reacciones adversas, entre ellos los de Carla y Raquel, las dos chicas valencianas de 14 y 15 años de edad que se encuentran hospitalizadas desde principios de febrero y que sufren convulsiones recurrentes.

Precisamente ayer, el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, se desplazó a Valencia para hablar con las familias de las menores e "informarles de todo lo que se está haciendo". Su intención era conocer las preocupaciones de los padres de las adolescentes, que la semana pasada declararon sentirse en "un punto muerto" y tener la percepción de ser "molestos" para el hospital y varios médicos.