El millar de subsaharianos expulsados hace una semana desde Ceuta y Melilla y abandonados a su suerte por las fuerzas de seguridad de Marruecos en una zona desértica sólo desean volver a su casa. El Gobierno marroquí y diplomáticos de los países de origen anunciaron ayer un acuerdo para que la repatriación se lleve a cabo "lo antes posible".

Representantes de Mali, Senegal, Nigeria y Camerún llegaron ayer en helicóptero a El Aunina-Suatar, ciudad marroquí donde se encuentra el principal grupo de inmigrantes. Ibu Ndiaye, embajador de Senegal en Marruecos, explicó que les han pedido que se reagrupen por países para facilitar la operación.

Anoche se iniciaron los primeros traslados hacia Ujda en seis autobuses con inmigrantes recogidos en caminos y carreteras. Desde esta ciudad, situada al nordeste de Marruecos, se iniciará la evacuación por vía aérea. No obstante, todavía permanecía un elevado número de inmigrantes refugiados en las aldeas próximas a la localidad marroquí de Bunane, donde tratan de sobrevivir en busca de un poco de comida y algo de agua.

Según Carlos Ugarte, coordinador de Médicos Sin Fronteras (MSF), la desesperación era tal entre los subsaharianos, algunos de ellos heridos, que a pesar de que vuelven a su país de origen "están contentos de evitar la muerte". Para MSF, se ha ganado "una pequeña batalla", pero lo ocurrido en el desierto marroquí no es sino una muestra de la necesidad de incluir los derechos humanos en la agenda política mundial.

NINGUN CADAVER En opinión de Ugarte, tras este drama, España "se lo pensará muy mucho" antes de devolver inmigrantes subsaharianos a Marruecos "sin mecanismos de control de los derechos humanos".

lgunos inmigrantes llevan cinco días abandonados sin atención, agua y comida. Según su testimonio, unos 20 habrían muerto, ya que muchos estaban heridos. No obstante, MSF aseguró que hasta ayer no se había hallado ningún cadáver.

Para hacer frente a nuevas avalanchas, el ejército marroquí anunció ayer que en breve levantará un muro y cavará un foso de tres metros de profundidad y dos de anchura en torno a Melilla para evitar que los inmigrantes africanos se infiltren en la ciudad autónoma.

LA PROCEDENCIA La Gendarmería de Marruecos precisó que tras los asaltos masivos a la valla ha arrestado a 1.285 inmigrantes indocumentados en la provincia de Nador, donde se esconden para intentar saltar la doble valla de acero entrelazado erguida en la frontera entre Melilla y Marruecos. La mayoría de los inmigrantes eran de Mali. También había muchos de Camerún y Senegal, según la policía marroquí, que cifró en 6.512 los inmigrantes arrestados en esta zona desde el 1 de enero.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dio ayer instrucciones al Ministerio de Asuntos Exteriores para que gestione con Marruecos la "atención inmediata" a los subsaharianos abandonados a su suerte en el desierto.

El ministro Miguel Angel Moratinos se puso ayer en contacto con las autoridades marroquís para que ayuden a estos inmigrantes. Moratinos tiene previsto viajar mañana a Rabat para firmar un convenio que ayude a solventar el problema de la inmigración ilegal.

LOS FRENTES Una delegación técnica de la Comisión Europea visitó ayer la doble valla y el centro de estancia temporal de inmigrantes (CETI), donde hay 1.500 personas, el triple de su capacidad. El grupo visitará hoy Ceuta y mañana, Marruecos.

Por su parte, el presidente del PP, Mariano Rajoy, que hoy visitará Melilla, acusó ayer a Zapatero de haber realizado una política de "desidia, dejadez, frivolidad e irresponsabilidad" en la crisis de los inmigrantes.