La inmigración que llega desde Senegal responde más a una lógica de las cooperativas que a una estructura mafiosa. Las investigaciones de la Guardia Civil han desvelado que organizar el viaje en un cayuco desde la costa senegalesa hasta las Canarias cuesta unos 10 millones de francos CFA, es decir, un 15.000 euros al cambio, que los inmigrantes subsaharianos que van a viajar en esa embarcación sufragan entre todos.

"Con esos 15.000 euros, los inmigrantes compran la embarcación, el motor, la gasolina, el GPS o la brújula, la comida y los cabos", explica un mando de la Guardia Civil en Los Cristianos, la localidad de Tenerife a donde llegan más cayucos. Solo ayer llegaron a Canarias medio millar. En cinco meses han llegado ya a las islas 6.900 personas de forma ilegal, más que durante todo el año 2005, cuando fueron 4.751.

REPARTO DE GASTOS Las investigaciones apuntan a que en la inmigración ilegal procedente de Senegal "son los propios inmigrantes los que a modo de cooperativa organizan el viaje y se reparten los gastos".

Según este oficial, en este flujo rara vez hay mafias. "Lo que hay son individuos que en Senegal y Mauritania se hacen millonarios vendiendo a los inmigrantes todo el material". De hecho, Mauritania es uno de los países del mundo donde se venden más motores fuera borda.

Esta característica diferencia el flujo migratorio que llega de Senegal del procedente desde Marruecos, donde sí había organizaciones criminales que alojaban a los inmigrantes y proporcionaban tanto la embarcación como el patrón. En esas travesías, el patrón muchas veces dejaba a los inmigrantes en la costa y regresaba a Marruecos. "En los cayucos --señala-- no es así. Aquí entre los inmigrantes que viajan a bordo hay tres o cuatro que son marineros o pescadores expertos que se turnan a la hora de llevar el timón".

Las travesías duran entre 8 y 10 días desde que salen de la costa sene galesa hasta que llegan a las playas canarias. En unos casos, parte de la ruta se hace bordeando la costa, recibiendo suministros de barcas de pescadores locales y guiándose por compases marinos o brújulas, algunas de ellas muy rudimentarias. Incluso hay una que había sido arrancada de un llavero. Otras muchas de esas embarcaciones llevan GPS. En la memoria de estos instrumentos, la Guardia Civil ha detectado muchas de estas embarcaciones, en contra de lo que se cree, han trazado una ruta directa, casi en línea recta.

Este oficial afirma que no se tiene constancia de la existencia de barcos nodriza que acerquen a esos cayucos a las islas. Además, sostiene que se trata de embarcaciones resistentes que no necesitan de ese apoyo.

Vicente Rivero, el patrón mayor de la cofradía de Los Cristianos, opina que los cayucos son "unas embarcaciones resistentes, que pueden llegar aquí desde las costas senegalesas e incluso más lejos". Rivero recuerda que hace un mes, Salvamento Marítimo le pidió que socorriera a un cayuco en un temporal. "Mi barco daba unos bandazos tremendos y el cayuco cortaba las olas como una cuchilla", explica. Rivero señala que "son embarcaciones muy estables, aún más cuanto más peso llevan".