Los 26 inmigrantes de Costa de Marfil que el buque de Salvamento Marítimo Clara Campoamor desembarcó el pasado sábado en el puerto de Tarragona se encontraban ayer contentos y tranquilos tras haber pasado la noche en un albergue bajo los cuidados de la Cruz Roja. "Después de tantos días en el mar, se los veía alegres por haber puesto pie en tierra firme", manifestó Anna Sabaté, coordinadora de la Cruz Roja en Tarragona.

Un equipo de apoyo, formado por un mediador, dos trabajadores sociales, un psicólogo y varios voluntarios de la institución humanitaria, estaba en contacto con el grupo. El mediador, un africano procedente de Senegal, conectó rápidamente con los marfileños que le explicaron su odisea. Hoy está previsto que se les someta en Tarragona a un examen médico más exhaustivo, incluyendo análisis y placas, para comprobar que se encuentran en perfectas condiciones físicas, aunque "por lo visto hasta ahora se trata de gente joven y totalmente sana", matizó Sabaté. Esta semana también se iniciarán los trámites para que puedan acogerse al asilo, por lo que recibirán la visita y el asesoramiento de personal del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Todo apunta a que no habrá ningún problema para que se legalice su situación.

Los náufragos, que fueron rescatados en primera instancia en aguas del Mediterráneo por el remolcador Montfalcó , con base en San Carlos de la Rápita, se mostraron muy agradecidos por el trato recibido. El Ayuntamiento de Sant Carles está estudiando organizar algún acto de homenaje a la tripulación del Montfalcó .