España debe preparar sus sistemas educativo y asistencial porque la llegada de extranjeros menores de edad, que ya ha causado serios desajustes en los servicios públicos, no solo se mantendrá, sino que se intensificará en los próximos años. Un trabajo sin precedentes por su exhaustividad y rigurosa metodología llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha puesto al descubierto que en el plazo de unos pocos años arribarán a España unos 557.000 hijos de inmigrantes que en la actualidad residen fuera de nuestro país. Sus padres así lo tienen previsto. Para hacerse una idea de lo que significará el fenómeno, basta recordar que la cifra es similar al total de los extranjeros menores de 16 años que en la actualidad acoge el sistema educativo español: 534.423.

El informe se basa en 15.500 entrevistas personales --es la primera encuesta nacional de inmigrantes-- llevadas cabo entre noviembre del 2006 y febrero del 2007. Tras analizar las respuestas obtenidas, el INE ha llegado a la conclusión de que los 4,5 millones de foráneos residentes en España tienen 688.000 hijos menores de 16 años que viven en el extranjero y la mayoría (el 81%) prevén traer a sus descendientes, lo que significa 557.000 niños.

REALIDAD INCONTESTABLE Celestino Corbacho, nuevo ministro de Trabajo e Inmigración, ya ha dejado claro en sus primeras entrevistas que quizá habrá que retocar el actual sistema de reagrupación familiar, pero estos cambios difícilmente podrán afectar a los menores.

"La realidad que tendrá que afrontar la sociedad española es esta y no hay nada que hacer para evitarlo. Ninguna legislación puede negar el derecho de traerse a sus hijos a unos padres que viven legalmente en España y forman un parte imprescindible de su fuerza de trabajo", explicaba ayer un sociólogo.

Hasta ahora, la inmigración masiva ha causado desajustes sobre todo en la escuela pública, donde se han concentrado la mayoría de los recién llegados. La sanidad se halla también en una situación límite debido a que el Gobierno central no transfiere los fondos necesarios a las autonomías más afectadas, aunque no todo se arreglaría con más dinero.

¿Por qué han viajado hasta ahora a España los extranjeros? A juzgar por las respuestas recogidas por el INE, una mayoría importante (65%) ya estaba trabajando en su país de origen antes de su salida hacia España. Se confirma así que las personas que emigran no son las más desfavorecidas de sus países, sino que de hecho figuran entre las más preparadas, pero quieren aumentar su calidad de vida (40%) u ocupar un empleo mejor (45%). Solo el 23% confiesa que no tenía trabajo. Otro 39% sitúa entre sus motivos la reagrupación familiar (se admitían varias respuestas en cada entrevistado). Un dato sorprendente aportado por la encuesta del INE es que el 38% de los inmigrantes disfrutan ya de vivienda de propiedad, mientras que el 19% viven en pisos cedidos por amigos o familiares. El resto (40%) alquilan. Su nivel de confort, como es esperable, no es muy alto.