En contra de lo que algunos creen y dicen, los inmigrantes utilizan menos el sistema sanitario público que la población española. Un estudio de la Fundación Ciencias de la Salud reveló ayer que, como media, acuden casi un 20% menos al especialista que los españoles y las mujeres se hacen menos pruebas preventivas como mamografías y citologías. También es un 5% inferior el porcentaje de los extranjeros que han estado hospitalizados. La investigación, basada en 30.000 encuestas en las autonomías que acogen mayor número de inmigrantes (Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Canarias), solo detecta como "excepción" un uso ligeramente mayor que el de la población española en los servicios de urgencias, particularmente entre latinoamericanos.

La comparación entre ambos colectivos muestra que el porcentaje de inmigrantes que acudieron a urgencias en Cataluña el año pasado fue del 35% frente al 31% de pacientes autóctonos. En Valencia, representaron el 30% frente al 27,5%, y en Madrid, el 17% frente al 15,7%. Para el director de Inmigración de esta última comunidad, Gabriel Fernández Rojas, la mayor afluencia de inmigrantes a este servicio se debe a un problema de desinformación sobre los protocolos a seguir para acceder a la atención sanitaria.

Los médicos también apuntan como causa un problema de horarios. Muchos extranjeros llegan a urgencias con cuestiones banales porque "no pueden abandonar la obra o dejar de cuidar a sus hijos y a los nuestros para ir al médico" o "porque el patrón no les da permiso para acudir a la consulta", señalaron Rogelio López-Vélez, del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, y José Luis Marticano, coordinador de la Atención a la Comunidad Inmigrante de la Sociedad Española de Medicina General (Semergen).

Diego Gracia, director de la fundación y catedrático de medicina de la Universidad Complutense de Madrid, subrayó que el informe, cuyo principal objetivo era hacer un análisis del sistema nacional de salud, desmonta "un prejuicio muy arraigado entre una parte de la población, que lleva a la discriminación de esta gente". A su juicio, los inmigrantes dan bastante más de lo que reciben y pagan con creces la asistencia sanitaria con su IRPF y su cuota a la Seguridad Social.

El estudio también llega a la conclusión de que las personas que emigran están más sanas que las que se quedan en su lugar de origen y descarta la posible diferencia en la frecuencia de problemas de salud entre inmigrantes y españoles.