La instalación de 24 cámaras de videovigilancia, una de ellas en el lavabo de las chicas, en un instituto de enseñanza secundaria de Valencia, y la colocación de un sistema de acceso al centro mediante la huella dactilar, son "desproporcionadas" e "intrusivas" para la privacidad de los alumnos, según la Agencia de Protección de Datos, que ayer anunció una investigación para esclarecer si se están vulnerando los derechos de los estudiantes.

INFRACCIONES Ambas prácticas podrían ser constitutivas de infracciones "graves y muy graves de la Ley Orgánica de la Protección de Datos", ha subrayado la Agencia en una nota de prensa.

El sistema de videocámaras en las zonas comunes del instituto de Abastos funciona desde principios de curso, tras aprobarlo el Consejo Escolar, pero posteriormente se colocó otra cámara en los baños de las chicas, un hecho que ha provocado la denuncia del Sindicato de Estudiantes. "Esto en vez de un instituto es una prisión en la que el jefe de estudios y el director son los únicos que acceden al visionado de las cámaras. ¿Qué quieren ver en los baños de las alumnas?", clamó su portavoz, José Ignacio Cases.

El director del centro, Alberto Pérez, explicó que el sistema de vigilancia y el control de acceso de identificación dactilar, que funcionará la próxima semana, y que tiene un coste de 30.000 euros, está pensado para evitar actos vandálicos. Pérez justificó la instalación de una cámara en el baño de las alumnas diciendo que los estudiantes lo usan como lugar de reunión, motivo por el que se habían producido desperfectos por un valor de 5.000 euros.

ES DE LOS MAS TRANQUILOS El instituto, con más de 1.300 alumnos matriculados, está considerado como uno de los más tranquilos de Valencia, ya que en el mismo lugar hay una comisaría de policía, una oficina municipal, y un gran centro deportivo y cultural público.