Interior lo sabía. En 1998, un año antes de que se produjera el asesinato de Rocío Wanninkhof en Mijas, la Interpol comunicó a la policía española que Tony King era un individuo "potencialmente peligroso para las mujeres". Sin embargo, no fue sometido a vigilancia porque ya había cumplido con la justicia británica. Era un ciudadano europeo y podía, libremente, circular por los países de la UE.

El ministro del Interior, Angel Acebes, reconoció ayer parte de la información aparecida en la prensa británica acerca de que las autoridades españolas ya conocía los antecedentes de King. Aunque con importantes matices. Acebes dejó claro que, en ningún momento, el Reino Unido había solicitado su detención o extradición a España.

Acebes constató que Scotland Yard se puso en contacto con ellos en 1998, un año después de que King se instalara en la Costa del Sol, pero fue para confirmar su residencia en España, porque sobre él recaían las sospechas de otra agresión sexual en su país.

"INTENSIDAD BAJA"

Este contacto entre ambas fuerzas policiales sirvió además para informar a las autoridades españolas del rosario de delitos que había dejado tras de sí. Interpol precisó que se trataba de un individuo que había atentado contra la libertad sexual de las mujeres, aunque su peligrosidad fue calificada de "intensidad baja".

No le constaban causas pendientes y sobre él no pesaba ninguna orden internacional de busca y captura o extradición. Y es que la advertencia fue considerada por el ministro como "una de las miles de comunicaciones que se realizan cada año".

Bajo el titular "Policías de la Costa, error fatal". "Los españoles no hicieron caso de la advertencia británica", el diario The Sun aseguraba en su edición de ayer que la policía española había sido informada de la falsa identidad y los antecedentes de Tony King, pero no lo vigilaron.

Las autoridades británicas habían enviado a las españolas el historial delictivo de Tony Bromwich, condenado a 10 años de cárcel en Inglaterra por cinco agresiones, advirtiéndoles de que "representaba un peligro para las mujeres".

El periódico explicaba cómo, después de salir de la cárcel, Bromwich fue investigado por la policía de Surrey (alrededores de Londres) por una agresión a una estudiante húngara, en 1997. El ataque fue grabado por las cámaras de seguridad. Las imágenes fueron difundidas en un popular espacio de la BBC, Crimewatch , en el que se pide colaboración ciudadana para identificar y detener a delincuentes. El día antes de que se emitiera el programa, Bromwich abandonó el Reino Unido con su exmujer.

La policía de Surrey envió, vía Interpol, un mensaje a las autoridades españolas, advirtiéndoles de la presencia de King, su cambio de identidad y sus antecedentes. "La policía española", añade The Sun , "fue incapaz de seguir el rastro de la bestia, dejándole libre para matar".

"Si Scotland Yard dice que nos lo comunicó, pues nos lo comunicaría. Es que no se puede controlar a todos los extranjeros con antecedentes. No hay policía en España para seguirlos. Es imposible". Así de simple fue la explicación que dio ayer un portavoz de la Dirección General de la Policía sobre si el cuerpo conocía el historial delictivo de King.